"Pasa, no tengas miedo. Perdí la voz
hace mucho, ya no pueden herirte mis palabras." Uno cree que las sombras sin luz desaparecen;
mentira. Las sombras son permanentes, como el lápiz que no se borra, como el
hielo que no se derrite, como el papel que no se rompe. En algún momento me di
cuenta que las cosas no eran tal y como las había aprendido. Fue mi
renacimiento, mi desaprender, el despertar de mi (no) consciencia. Una vida no
vivida, fantasmal e incoherente pero más real que la propia realidad. Percibir
lo apercibido, lo inexistente y lo negado. Caminar sin prisas. Arrastrar las
cadenas sin peso y los recuerdos sin dolor. Advertir el no olor de las cosas,
la no silueta de los objetos; El Difuminado, esa sería la palabra correcta.
Toda la gama de la inexactitud. Trasmutar lo que hasta el momento se suponía
cierto. Un peregrino “Ligero de equipaje”, como diría el poeta. Deambular por
el camino andado sin hacer preguntas; ya se conocen las respuestas. Sencillamente,
vagar por la eternidad hasta el fin. Texto extraído del diario de un fantasma (El
no muerto).