martes, 29 de enero de 2013

La maleta





Una maleta era todo lo que traía consigo. Una maleta vieja y raída portadora de un único tesoro: su vida. Una vida llena de idas y venidas. Una vida sin rumbo fijo, repleta de experiencias y de riquezas no materiales. Fructífera a su manera de entender, inútil a la manera de entender de la mayoría. Nunca se opuso a nada y nada se opuso a él. Era la síntesis misma del “vive y deja vivir “: un concepto básico para la supervivencia, decía siempre.
Tenía un aspecto desaliñado. Jamás le preocupó lucir bien. Era hombre de intensa mirada, pelo canoso y piel morena. Tuvo suerte con las mujeres, no con el amor. No lo amaron como a le hubiera gustado y no las amó como ellas hubieran querido; un desencuentro constante, que no insatisfactorio. Había viajado por medio mundo y vivido en infinidad de lugares. Para bien o para mal de todos había aprendido y a todos llevaba en la memoria.
¿Que nos queda en realidad si no los recuerdos? Ellos nos asesinan y nos reviven a su antojo. No le importaba ser un inadaptado, un excluido, un “clochard ". Frente a el, la concurrencia siempre mostraba una sonrisa sarcástica e irónica, entonces daba media vuelta y les obsequiaba con una elegante reverencia o una fabulosa imagen de sus nalgas, dependiendo del humor del momento.
Pero nada dura para siempre y llego el día en que la vieja maleta no aguantó más. Se rompió y todo quedó desparramado por el suelo. No le dio tiempo a recoger nada, cuatro zarrapastroso que andaban perdidos por la calle se afanaron en robar lo poco que había. Adiós a su pequeño tesoro, adiós a sus pertenencias, adiós a su vida. Un momento ¿adiós?, no, claro que no. Hoy era el día idóneo para empezar de nuevo. Dio media vuelta y se fue por el camino contrario.


jueves, 17 de enero de 2013

Vida








Cristal de agua sin reflejo


imagen guardada en la retina dormida


visión irreal de la esencia

                                  mecida en brazos del descanso

                                                                              en movimiento continuo


Del otoño cercano


sin pavor se abre la puerta


Último elíseo
                                       anhelo eterno

 Déjà vu y vuelta
                                       al inicio incierto.