viernes, 4 de octubre de 2013

Abre los ojos




Piensa hombre, piensa: ¿Qué hacer en esta situación? Respiro profundo y me relajo. ¡Claro que no! ¿Cómo me voy a relajar? Sudor  frio, palpitaciones, mente en blanco. No puede ser, esto no es real. Piensa.Pienso luego existo. Descartes, sí, fue Descartes. Descartes queda descartado: no le encuentro sentido a la oración, son meros destellos de memoria. Abre los ojos, no es tan difícil. Piensa. ¿Pero si razono es porque estoy pensando, no? Quizás no, quizás solo sean ideas recurrentes. Pero entonces ¿por qué no puedo abrir los ojos? Luz, solo necesito un poco de luz. Oscuridad reticente ¿dónde estoy? Sudor frio, palpitaciones, mente en negro. Escucho pasos, alguien se acerca. ¿Soy? ¿Soy qué? No recuerdo el nombre, sin nombre no soy nada y si no soy nada, no puedo pensar: claro, esto es lo único real. “No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo “Tabaquería, Pesssoa; ah sí, ya recuerdo. Sueños, sueño, onírico: palabras redundantes. Abre los ojos ¿no me escuchas? ¡Abre los ojos! No hay salida. Sin sudor frio ni palpitaciones, solo sopor; un sopor que me tranquiliza.  Pasos marcados, sonido fuerte, cercanía. Si, alguien se acerca, lo siento. ¿Lo siento o lo intuyo? No importa, qué más da. Inmovilidad absoluta, cuerpo inerte. Espera,  ya no se escucha nada. El silencio me da pavor; nunca me ha gustado el silencio.  Regresan: pasos firmes. Abre los ojos ¡a-b-r-e-l-o-s! Último intento. Olor a perfume, náuseas, sensación de vómito ahogado. Estruendo, cachetada; pérdida completa de audición. Siento un dolor punzante en la mejilla.
-           Maldito borracho, sacúdete esta cruda de encima; el desayuno está en la mesa y  los niños esperan.
 
Se hizo de día, y con el día la luz y con la luz: la auténtica pesadilla.