Piensa hombre, piensa: ¿Qué hacer en esta situación? Respiro
profundo y me relajo. ¡Claro que no! ¿Cómo me voy a relajar? Sudor frio, palpitaciones, mente en blanco. No
puede ser, esto no es real. Piensa.Pienso luego existo. Descartes, sí, fue
Descartes. Descartes queda descartado: no le encuentro sentido a la oración, son
meros destellos de memoria. Abre los ojos, no es tan difícil. Piensa. ¿Pero si
razono es porque estoy pensando, no? Quizás no, quizás solo sean ideas recurrentes.
Pero entonces ¿por qué no puedo abrir los ojos? Luz, solo necesito un poco de luz.
Oscuridad reticente ¿dónde estoy? Sudor frio, palpitaciones, mente en negro.
Escucho pasos, alguien se acerca. ¿Soy? ¿Soy qué? No recuerdo el nombre, sin
nombre no soy nada y si no soy nada, no puedo pensar: claro, esto es lo único
real. “No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. A parte de eso,
tengo en mí todos los sueños del mundo “Tabaquería, Pesssoa; ah sí, ya recuerdo.
Sueños, sueño, onírico: palabras redundantes. Abre los ojos ¿no me escuchas? ¡Abre
los ojos! No hay salida. Sin sudor frio ni
palpitaciones, solo sopor; un sopor que me tranquiliza. Pasos marcados, sonido fuerte, cercanía. Si,
alguien se acerca, lo siento. ¿Lo siento o lo intuyo? No importa, qué más da.
Inmovilidad absoluta, cuerpo inerte. Espera,
ya no se escucha nada. El silencio me da pavor; nunca me ha gustado el
silencio. Regresan: pasos firmes. Abre
los ojos ¡a-b-r-e-l-o-s! Último intento. Olor a perfume, náuseas, sensación de
vómito ahogado. Estruendo, cachetada; pérdida completa de audición. Siento un
dolor punzante en la mejilla.
-
Maldito borracho, sacúdete esta cruda de encima;
el desayuno está en la mesa y los niños
esperan.
Se hizo de día, y con el día la luz y con la luz: la
auténtica pesadilla.