Despertó con un leve dolor de cabeza, después de tantos años
conviviendo con el alcohol apenas tenía resacas. Estaba de mal humor, no había
pasado una buena noche y había regresado
solo a casa. Antes amaba su retiro, pero con el paso de los años y la vejez a
la vuelta de la esquina, había momentos donde añoraba profundamente el tacto de
una piel cálida y dulce a su lado. En el fondo y por muy anacoreta que se
sintiera, a nadie le amarga un dulce, además su presa era realmente apetecible,
pero se le escapó.
- Pobre viejo estúpido, ya estás perdiendo facultades .Pensó.
Se levantó de la cama con dificultad, últimamente perecía que sus rodillas andaban peor, tenía las dos operadas y obviamente los años y los abusos no les habían hecho ningún bien.
Decía la canción “si el pasado no perdona, hoy cúrate llorando” ¿llorando?, de su boca salió una risa sarcástica y llena de amargura.
- Estoy tan seco, que ni lágrimas para llorar tengo. Entonces miro hacia la pared y allí estaba, su ángel, la que en un tiempo fuera su musa, su amante, su mujer, su mundo, a la que adoro por encima de todas, la que apaciguó su atormentado corazón con ternura, su única…….. Agachó la cabeza, sentía tristeza y vergüenza, lo había tenido todo y lo había perdido. Ella lo abandono cansada de sus desprecios, sus excesos, su desdén y su enfermizo egocentrismo.
Con desgana se dirigió hacia la mesa de trabajo, debía terminar su artículo y entregarlo hoy sin falta.
-¿En qué te has convertido? Pensó.
Llevaba dos semanas y no había podido escribir nada. Volvió a mirar hacia la pared. Creyó olerla, creyó sentirla, creyó poseerla de nuevo. Tomo su pluma y al fin escribió.
- Pobre viejo estúpido, ya estás perdiendo facultades .Pensó.
Se levantó de la cama con dificultad, últimamente perecía que sus rodillas andaban peor, tenía las dos operadas y obviamente los años y los abusos no les habían hecho ningún bien.
Decía la canción “si el pasado no perdona, hoy cúrate llorando” ¿llorando?, de su boca salió una risa sarcástica y llena de amargura.
- Estoy tan seco, que ni lágrimas para llorar tengo. Entonces miro hacia la pared y allí estaba, su ángel, la que en un tiempo fuera su musa, su amante, su mujer, su mundo, a la que adoro por encima de todas, la que apaciguó su atormentado corazón con ternura, su única…….. Agachó la cabeza, sentía tristeza y vergüenza, lo había tenido todo y lo había perdido. Ella lo abandono cansada de sus desprecios, sus excesos, su desdén y su enfermizo egocentrismo.
Con desgana se dirigió hacia la mesa de trabajo, debía terminar su artículo y entregarlo hoy sin falta.
-¿En qué te has convertido? Pensó.
Llevaba dos semanas y no había podido escribir nada. Volvió a mirar hacia la pared. Creyó olerla, creyó sentirla, creyó poseerla de nuevo. Tomo su pluma y al fin escribió.
LOCURA Y MUERTE DEL QUE QUISO SER Y NUNCA FUE.
Cerró sus ojos y se sumergió en el sueño de Hades.